-Hace ya casi 5 meses desde aquel día, aquel maravilloso día en que la conocí, desde entonces no he dejado de soñarla ni un solo instante. Mis noches y mis días tienen sentido a su lado, pero la distancia se interpone entre nosotros. La imagino junto a mí y sin embargo parecemos estar a años luz el uno del otro... al principio todo parecía ir bien, aparentaba ser fácil, pero desde hace un par de semanas, apenas hablamos, apenas nos escribimos y todo parece volverse en contra... ¡pero no! no dejaré de luchar por ella, no dejare de esperarla cada día, de otear el horizonte esperando verla regresar.-
Mis ojos estaban llenos de lágrimas, sentía que algo no iba bien y que no podía hacer nada para cambiarlo, sentía que cada día que pasaba se alejaba más y más de mí, mi corazón sentía que la había perdido para siempre a pesar de intentar convencerme una y otra vez de que eso no era así.
A su lado todo había sido maravilloso, único y sabía que jamás volvería a ser así con nadie, porque nadie nunca será como ella. No puedo evitar recordar su hermoso rostro, su dulce voz y sus tiernos labios, esa mirada que me cautivó desde el primer instante y me hizo caer rendido a sus pies. Dicen que el amor es una enfermedad... si es así, creo que no existe cura para mí capaz de calmar mi deseo por tenerla junto a mí.
Mi mente no paraba de pensar -¿por qué?- me preguntaba una y otra vez y no encontraba ninguna respuesta -¿habría sido mi culpa? ¿habrá conocido a alguien? ¿se habría cansado de seguir aguantando y sufriendo esta distancia?- no tenía forma de saberlo... y mi mente no podía olvidarla, la amaba demasiado, desde el primer instante supe que ella era la chica que siempre había estado buscando, -tal vez no se lo dije lo suficiente... o tal vez se lo dije demasiadas veces...- me reprochaba a mí mismo.
Solo me quedaba esperar... y recordarla en cada palabra que me dijo, en cada foto que me mandó, en cada carta que me escribió...
CONTINUARÁ...
Raúl Tébar