No te lo voy a negar, a veces me gustaría poder abrazarte, poder verte un rato, sentarme en un banco a tu lado y contarte como me ha ido el día. Hay momentos que no es facil seguir adelante, el cansancio se hace más duro día a día y darse cuenta de que no era oro todo lo que relucía a veces me hace replantearme las cosas.
Aguanto porque aún creo que los sueños pueden hacerse realidad y en el fondo no tengo nada que perder y si mucho que ganar.
Nunca había estado lejos de casa tanto tiempo y aunque no nos vieramos todos los días, pero al menos teniamos la posibilidad de hacerlo. Extraño nuestros ratos viendo la tele, aunque ultimamente fueran breves y apenas prestaramos atención. Echo de menos nuestras cenas, nuestros paseos de noche y nuestras risas diciendo tonterías.
Sería un tonto si no aceptara que neceisto saber que alguien confía en mí, que me recuerde que soy capaz de hacer lo que me proponga y que mi único limite está sólo en mi imaginación; pues aqui he llegado a sentir todo lo contrario, he visto como poco a poco han dejado de confiar en mi y me han ido apartando a un segundo plano.
A veces pienso en todo lo que puedo estar perdiendome por estar lejos, en si al volver todo habrá cambiado y si habrá merecido la pena o no el haber tomado este camino en la vida. Como dice una canción "he perdido mas por miedo que intentándolo" y en este caso vine a intentarlo.
Llevo recorrido la mitad del camino, aunque en ocasiones veo dificil llegar al final, todo se hace cuesta arriba por momentos. No obstante, quien me conoce sabe que no soy una persona que se rinda facilmente y sin duda esta experiencia me está haciendo aprender muchas cosas de la vida y de las personas.
Tan solo me queda pensar que cuando regrese tengo muy claro que buscaré mi felicidad junto a quien esté dispuesto a subirse conmigo al tren de la vida.
Raúl Tébar