Se apagan las luces.... tan solo se escucha el tic-tac del reloj, una última mirada hacia atrás... todo está en calma. El leve destello de los rayos del sol al amanecer me dejan ver mi pequeño rincón de soledad, se cierra la puerta.... es hora de empezar esta nueva aventura.
Son las 7 de la mañana, me detengo delante de la puerta de mi casa, cargado con dos maletas, dispuesto a comenzar una aventura que me llevará lejos durante una buena temporada. Echo la mirada hacia atrás para revisar por última vez si todo se queda bien. Los rayos del sol al amanecer comienzan a dar claridad al salon y el reloj hace sonar el tic-tac, al menos lo hará durante algún tiempo hasta que finalmente se detenga y no haya nadie para cambiarle la pila. Lejos quedan ya los buenos ratos con los amigos en el sofá, las largas tardes de peliculas en la televisión o los días preparando cenas para alguna visita especial en la cocina.
Algunas plantas adornan los rincones, pobre de ellas que posiblemente el paso del tiempo y la falta de agua las haga perecer, pues no estaré yo para regarlas. Tampoco se escucha el cascabel de la pequeña de la casa, que desde ayer ya vive en otro sitio donde sentirse acompañada.
Tampoco hay ropa tendida, lavavajillas funcionando, ni siquiera el agua corre por las tuberias... esta pequeña casa que había estado llena de vida ahora se enfrenta a un periodo de soledad, de vacío, de silencio...
Salgo y cierro la puerta, todo suena a despedida, ultima vez bajando las escaleras hacia la calle, ultimo saludo al de seguridad, ultimo vistazo al buzón... sin embargo me voy con la sensación de no haberme despedido lo suficiende de las personas que me importan.
Me monto en el coche, rumbo hacia el aeropuerto.... mis días pisando el suelo de Madrid están a punto de terminar al menos por una larga temporada y por dentro siento el miedo, el miedo de no saber si cuando vuelva todo seguirá igual o habrá cambiado, porque muchas veces el tiempo te hace olvidar, te hace dejar de sentir, te hace ver las cosas de otra manera.
Carretera, aeropuerto, mostrador de facturación, control de seguridad, puerta de embarque, avión.... Ya no hay marcha atrás, encaramos la pista de despegue y elevamos el vuelo. 10 horas separan mi nueva casa de todos mis recuerdos, de mi familia, de mis amigos... y comienza una nueva etapa en mi vida.
Raúl Tébar
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Comentarios
... Las grandes etapas de la vida son las que empiezan improvisadas, que no sabes que va a pasar y vivir el riesgo de que a la vuelta todo siga igual...
Escrito en Thu, 19 Jul 2018 13:56:08 por Anonimo |