Del Efecto 2000 al Temor 2012

Probablemente todo el mundo vinculado al mundo de la informática, y no tan vinculados; puedan recordar el tan sonado EFECTO-2000 el cual al final no resultó ser un gran problema, quedando tan solo en un pequeño susto y algún que otro quebradero de cabeza empresarial. Pero mi tema va centrado en lo que personalmente me he dado el honor de llamar TEMOR-2012.

El 13 de Noviembre se estrenó en los cines la película 2012, una película bajo mi punto de vista bastante buena y a pesar de que al principio tiene unas escenas un poco surrealistas, guarda un pequeño toque realista.

No me mal interpretéis, no estoy diciendo que puedan llegar a ocurrir las catástrofes que salen en la película. Me explico; el sol al igual que la luna tiene sus fases, así como la luna pasa por fase nueva y llena, el sol tiene mínimo y máximo, siendo respectivamente los períodos de mínima y máxima actividad. Ahora mismo estamos saliendo de un mínimo solar, que según los expertos ha sido el más profundo y calmado del siglo: se ha registrado la presión de viento solar más baja en 50 años; el mínimo de 12 años de duración ha reducido el brillo solar (en un 0.2% en la escala visible y un 6% en la infrarroja) y un mínimo de 55 años en las emisiones radiales del sol. Lo que se espera a partir de ahora es que el sol aumente su actividad hasta alcanzar su máximo y que podría tener efectos en la tierra para 2012.

Una tormenta solar "perfecta" en 1859 ocasionó graves daños en la única tecnología vulnerable de aquella época, el telégrafo. Pero hoy en día una tormenta de esa magnitud podría ser catastrófica.

Es probable que nuestras redes modernas se vieran azotadas, imaginaros por un momento que los satélites que permiten las comunicaciones telefónicas, de televisión y las transacciones bancarias quedaran inutilizados; y si al mismo tiempo se interrumpiera durante horas o incluso semanas el suministro eléctrico sumiendo en la oscuridad a regiones completas… no tardaría en desatarse el caos si esos servicios esenciales fallasen.

No sabemos lo que nos deparará el 2012, para algunos expertos que ocurra una tormenta como la de 1859 es una prueba para comprender como se comporta nuestra tecnología frente a estos devastadores fenómenos solares, para otros (Centro Ambiental Espacial) es una preocupación que les mantiene alerta estudiando el sol y como se van desarrollando esas tormentas, deseando que ninguna apunte hacia la tierra.

Sea como sea esperemos que todo quede en un susto y pequeños incidentes de rápida solución, dándonos la posibilidad a los que vivimos en los trópicos de poder admirar auroras boreales en ciudades como Madrid o Roma.

Raúl Tébar

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