El otro día estuvimos viendo y celebrando la nueva casa de un amigo y nos pusimos a ver la película "El Reino de los Cielos". Viendo las batallas me dio por pensar en todos aquellos hombres que arriesgaban su vida, que se enfrentaban cuerpo a cuerpo, con espadas y lanzas, donde las batallas se ganaban gracias a las estrategias de los capitanes que dirigían los ejércitos y a la fuerza y preparación de los hombres que combatían. Los propios Reyes, Capitanes y Generales de los ejércitos luchaban al lado de los demás hombres poniendo también su vida en peligro.
Hoy en día el único que verdaderamente pone su vida en peligro realmente es el inocente que simplemente pasa por el sitio más inapropiado en el momento menos oportuno de camino a su casa.
Las armas de fuego de largo alcance permiten destruir zonas enteras pulsando tan solo un botón desde cientos de kilómetros de distancia sin poner en peligro la vida del que dispara. Las bombas atómicas matan a millones de personas, casi todas inocentes en pocos segundos, crean una gran devastación y los atacantes ni siquiera realizan esfuerzo. Y ni hablar de los Reyes, Generales y Presidentes que se ocultan en Bunkers blindados y escondidos… Desde donde dirigen cobardemente los ataques.
No hace falta decir que estoy en contra de la guerra, pero que si hace falta librar alguna por lo menos que sea honradamente, cuerpo a cuerpo y donde venga determinada por la estrategia y la fuerza de los hombres, donde los principales responsables no se oculten tras gruesas paredes de acero y hormigón.
Usemos la tecnología para el progreso de la humanidad y libremos las batallas con honor. Midamos nuestra fuerza y desarrollemos nuestra estrategia sin poner en peligro a los inocentes.
Raúl Tébar